Glorioso San José de Cupertino, tu conociste como nadie las dificultades que entrañan el estudio y los exámenes, y siempre lo superaste con la ayuda de la Virgen. A ti me encomiendo para superar mis dificultades, como lo han hecho hasta ahora los que han acudido a ti. Ayudame a ser constante en el cumplimiento de mis obligaciones para conseguir un seguro y feliz examen, si Dios y la Virgen me consideran merecedor de ese fvor. En Ti pongo todas mis esperanzas, seguro de gozar de tu benigna protección. Amén