Dulce Jesús, que eres el autor de la vida y en tus manos está la salud de los hombres, no rechaces mi humilde plegaria.
Señor que en los días de tu vida mortal sanaste a cuantos enfermos te invocaron con fe y confianza, animado con tales sentimietnos vengo a pedirte concedas la salud a nuestros hermanos enfermos, a fin de que experimentando una vez más tu paternal amor, te sirvan en adelante con más fidelidad y constancia. Amén .